El alférez Erauso, una masculinidad trans del XVII, en Mis memorias (1626), relata una cadena de hechos vaciados de emociones. Sin remordimiento narra el asesinato de personas pertenecientes a los pueblos mapuche y quechua, el ensañamiento y la tortura contra el cacique cristianizado Francisco Quispiguacha, distintas peleas en partidas de naipes, el asesinato de su hermano en un duelo y de otros compañeros españoles en una travesía por los Andes. Erauso, luego de cometer delitos en distintos puntos de Argentina, Chile y Perú, perseguido, acorralado y finalmente apresado por las autoridades coloniales, confiesa haber nacido mujer y haber habitado la masculinidad tras reinventarse en su viaje de conquista. Erauso, hijo de familia pudiente de San Sebastián, España, hereda con su nombre elegido, Antonio, con un sustento económico extra y vitalicio por su desempeño en el genocidio indígena: así fue reconocido por Su Majestad, el Consejo de Indias y el papa Benedicto VII. Sin embargo, la historia del arte insiste en recordarlo como Catalina, Monja Alférez, reunión sintética y oximorónica de los dos únicos modelos de humanidad occidental. En efecto, las monjas de clausura del catolicismo y los militares de la conquista —interioridad devota y expansión imperial— constituyen los términos en que se instalará paulatinamente el dispositivo de género, con especial virulencia, en las colonias. 

Inventario de Existentes”, es un gesto de inversión de valores El espacio vacío del rostro del colono trans tensiona la instalación con los archivos de Indias de Erauso, las paredes de “indianas”, y cientos de cuadernos intervenidos para narrar memorias, emociones o acontecimientos. Se busca reflexionar sobre los propias prácticas de escritura generizadas y generizantes,la gestión emocional de sí en la tensión que suponen los diarios íntimos o bitácoras de colonos, espacios para la autoficción constituidos desde la violencia colonial. Tanto los diarios íntimos -provenientes de la historia confesional de las monjas de clausura- como las bitácoras de viajeros -narraciones para rendir cuentas a los reyes colniales-, fueron los dos modelos instalados para la narración de sí.






Retrato "Catalina de Erauso, la monja Alférez” de Juan Van Der Hamen, 1630, Colección Kutxateka, Oleo sobre lienzo. Montaje para exposición La Pisada del Ñandú, Barcelona, Julio 2021. 
Inventario de exitentes, en el marco de la exhibición en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, fue concebida como una instalación que se activa con el público. Luego de narrar la historia, se invita a los participantes a tomar la decisión de dejar el cuadro en alto y o bien, bajarlo. Ese pequeño gesto es una reminiscencia a una imagen popular  y afectiva de la memoria democrática nacional. El 24 de marzo de 2004, Nestor Kirchner, ordenó quitar de la pared de retratos presidenciales al militar de facto Jorge Rafael Videla.
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